Recuerda cuando éramos jóvenes rompiendo todas las reglas que la gente hizo…
Nunca cambiaré en lo que nos convertimos, eso nos hizo quién somos ahora…
Tomaré cada oportunidad que tenga para convertirnos en alguien a quién no olvidarás…
Por lo que somos… Por lo que somos…
***Lunes 6 de Enero del 2014***
Son las 6:15 de la mañana y tomo el transporte hacia la oficina, pasa a dos calles de mi casa.
El transporte hace dos horas hacia Bosques de las Lomas, donde trabajo. En la Ciudad de México, hacia cualquier lugar, te toma no menos de 1.5 horas de sufrir en el tráfico.
Llego a la oficina, subo, abro la computadora y empiezo a leer los e-mails que van llegando, algunos urgentes, otros para retomar lo que se dejó pendiente el año pasado, todos empiezan ya a trabajar, empezó el nuevo año.
Rich: ¡Muy bien! Otro año más contestando e-mails y haciendo 100 nuevos productos de los cuales, tal vez, sólo uno salga al mercado, si a caso, en 3 años…
Nos llaman a todos los del área y nos dan la presentación sobre los lanzamientos del próximo año, la neta me llena de mucha emoción, sobretodo cuando sabes el trabajo que hay detrás para poder colocar un solo producto de esos en el anaquel.
Regreso a mi lugar y empiezo a pensar en mi año 2011… Fue idéntico a mi 2012… y exactamente igual a mi 2013, con la diferencia que en 2012 cambié de trabajo… ¿Será este 2014 exactamente igual?, ¿Serán mi 2015, 2016, 2017, 2018, 2019 y 2020 exactamente iguales?
Cuando uno se gradúa de la universidad, o de la etapa escolar que ustedes quieran, los cambios, retos, y proyectos varían cada semestre o trimestre. Cada periodo es de nuevos maestros, nuevos compañeros, nuevos retos, nuevos problemas, y hasta nuevos chismes si así quieren verlo (Que Lupita ya no anda con Juan porque Juan la cortó por Anita cuando empezó el semestre) y muchas veces, al menos para mí, eso era lo emocionante de la escuela (No, los chismes, no), llegar al nuevo semestre o trimestre a ver con qué compañeros te tocaron las clases, echar madres si te tocaba un mal horario o el profesor que no querías, nuevos retos, nuevas tareas y así, pero cuando pasé al mundo laboral, todos mis meses, todos mis años, y, en sí, todos mis proyectos, eran lo mismo.
¡Ok! tal vez los proyectos no eran “tan los mismos”, pero ¿Qué tanta diferencia había entre subir las ventas del producto X en 2011, a subir las ventas del producto Y en 2012 y subir las ventas de los productos recién lanzados en 2013 con diferentes jefes y cubículos?, no mucha honestamente, en esencia, TODO ERA LO MISMO: Entender la marca, hacer un plan, rebotarlo con tu jefa, rebotarlo con ventas, rebotarlo con finanzas, rebotarlo con proveedores, rebotarlo con compras, rebotarlo con logística y pelearte con todos cada semana por lograr las fechas del compromiso y el porque sí debe de hacerse el plan.
Cuando trabajé en Procter & Gamble, había aprendido a ser súmamente eficiente, rápido, bien hecho, exacto, ortodoxo, y todo eso en cuanto a los planes de marketing. P&G fue la mejor escuela que tuve y, después de P&G, ninguna empresa (a excepción de las consultoras), tienen el mismo ritmo de trabajo, entonces, cuando pasé a los siguientes trabajos, lo que normalmente se hacía en una semana, yo lo hacía en día y medio. Hacia mis planes, juntas, análisis y todo eso en día y medio y me quedaban 3 días más de buscar qué hacer, cuando pedí que me aumentaran las responsabilidades para dar el brinco hacia Gerente de Marca, no sucedía y no sucedió, yo trataba de buscar en qué entretenerme, pero no había mucha oportunidad.
El punto es que cuando recordaba lo feliz que era en la universidad y en la preparatoria, me daba cuenta que lo que realmente me emocionaba y me hacía feliz era que siempre había un cambio: cambio de salón, cambio de semestre, de profesores, de nuevas cosas que aprender, de más curiosidad, de nuevos retos, de compañeros, de amigos y, sobretodo eso, de amigos. En esa etapa lograbas hacer amigos con mucha facilidad, no había un interés, por así decirlo, de por medio, ya que todos querían sacar lo mejor de las materias y no tenías que preocuparte por la forma y el qué dirán, como en la vida laboral, o sea sí, pero no tanto, vaya. En la vida laboral duré tres años viendo a las mismas personas, digo, de cierta forma está bien, el vínculo se refuerza, pero ¿Qué pasaba si no había click con alguien?. Lograba hacer muchos amigos en las actividades extracurriculares en las que estaba porque nada nos unía más que la pasión y el gusto por hacerlo, amigos que hoy en día aún frecuento.
En 2013, cuando regresé de los primeros viajes que hice al extranjero, volví a sentir esa adrenalina y esa emoción. Salía del país y todo era nuevo, todo cambiaba de ciudad a ciudad, conocía gente nueva en el hostal o en la calle o en alguna atracción turística, incluso en esos viajes, hice tan buenos amigos que todavía hoy a la fecha nos ponemos de acuerdo para encontrarnos en algún destino, tal es el caso de mi amigo de la India, Piyush. Empecé a añorar todo eso y a sentirme súmamente deprimido por no poder vivir todo el tiempo este cambio, esta emoción, esta adrenalina, esta curiosidad de comerme al mundo y conocer todo lo que hay allá afuera.
“¿Qué estoy haciendo mal?” Me preguntaba. “Después de todo el trabajo, el buen salario, los nuevos retos en el ámbito laboral, de salir en fines de semana y de tener buenos amigos y hobbies, ¿No es este el sueño?”
Mi mamá solía decirme que estaba en un trabajo que no me apasionaba, que no encontraba algo por lo que valiera la pena levantarme todo el día. Ella decía que me levantaba diario muy feliz a la escuela porque ella veía que realmente me apasionaba conocer cosas nuevas y así tuviera que levantarme a las 4 am para hacer dos horas la universidad en transporte público, me iba sin sufrir porque sabía que iba a llegar a hacer lo que me gustaba. Mi papá por el contrario decía que así era la vida y que tenía que chingarme porque cuando me casara necesitaría tener un buen trabajo con un buen sueldo para mantener a mi esposa y a mis hijos. Siempre viví en esta dualidad, una madre apoyándome a vivir sueños, un padre tratando de meterme en lo correcto y socialmente aceptable.
TU SALES Y VIVES LA VIDA TAL Y CÓMO ES… LUEGO TE DAS CUENTA QUE HAY ALGO, que “hay una cosa que enciende tu llama interior al máximo y por lo que podrías morir en la raya haciendo.”
Entonces entendí… NO ESCOGES TUS PASIONES… TE TROPIEZAS CON ELLAS… Muchas personas veían lo que me apasionaba incluso antes de que yo me enterara, el problema es que cuando estamos en etapa escolar no nos damos mucho cuenta de ello porque somos mucho más libres y no ponemos atención…
Y creo que mi mamá es el mejor ejemplo de tu te tropiezas con tus pasiones. Ella solía vivir en el estado de Zacatecas, no precisamente en la ciudad, sino en una ciudad cercana. Decía que siempre se le había hecho maravilloso como era la naturaleza, cómo sabían los animales cuando era época de aparearse, cómo podían orientarse y regresar al lugar dónde les dan de comer y todo ello. También le impactaba como era posible que el cuerpo humano funcionara y, cuando ella veía que alguien enfermaba, no entendía como era posible que un médico entendiera perfectamente el funcionamiento del cuerpo humano y supiera que con X o Y pastilla podía mejorar.
Según recuerdo, una vez me contó que su mamá se enfermó demasiado, casi de muerte y ella, siendo una niña, se sentía demasiado infeliz por no saber qué tenía y cómo poderla ayudar. La enfermedad no paso a más, prueba de ello es que mi abuelita sigue viva, pero ese suceso quedó muy marcado en la vida de mi mamá desde niña y ella deseo poder conocer qué sucede en el cuerpo y cómo es posible hacerlo sanar para no ver a nadie de su familia enferma.
Años después estudió enfermería, se graduó, estudió administración, y fue escalando muchas posiciones hasta llegar a ser Jefe de Enfermeras de dos reconocidos hospitales en México, todos los médicos siempre preguntaban su opinión al diagnosticar (¿Neta?, ¿A una enfermera? preguntaran muchos) y siempre se encontraba en cursos de actualización, estudiando y ello provocaba que para todas las decisiones importantes de un servicio o del hospital, ella siempre estuviera en los comités de decisión. Una carrera que muchas personas toman porque “no les quedó de otra”, o porque “era lo único que había”, ella la tomó por su pasión de saber sobre el cuerpo humano, la naturaleza, su funcionamiento y por ayudar y servir a otros.
En mi último trabajo conocí a una chica llamada Fernanda, debo confesar que no me caía bien porque siempre estaba criticando lo que yo comía y comían los demás, pero no por ello no voy a dejar de ser objetivo y decir que ella es un excelente ejemplo de seguir tu pasión. Era súper obsesionada de la alimentación sana y limpia. Eso no quiere decir ser vegano o vegetariano, ella se súper apasionaba por el proceso de cosecha qué se utilizaba para hacer crecer a los animales, frutas y verduras, qué era bueno comer según tu composición corporal y trabajo de cada órgano, era buenisisisíma en ello. Años después dejó la compañía y fundó una empresa que te brinda excelentes opciones de frutas, verduras y carnes orgánicas.
LO MISMO ME PASÓ A MI… UNA VEZ QUE EMPECÉ A VIAJAR, ENTENDÍ QUE ESO ERA PARA LO QUE QUERÍA VIVIR PARA SIEMPRE, ESA ERA MI PASIÓN: VIAJAR, APRENDER Y ESTUDIAR… (Si amigos, me encanta andar de festival, pero también soy mega ñoño)… de ahí que mi negocio de consultoría creciera, siempre estoy leyendo y aprendiendo de negocios para dar buenas recomendaciones.
Y SEGUIR TU PASIÓN NO TIENE NADA QUE VER CON TRABAJAR PARA UNA EMPRESA O CREAR TU PROPIO NEGOCIO… Mi mamá siguió su pasión y fue la mejor trabajando en hospitales públicos, Fernanda siguió su pasión y creó su propio negocio… PERO SIGUIERON SU PASIÓN… y cada una encontró el mejor camino que se adaptó a ellas para lograrlo…
Cuando empecé a crear mi negocio y a viajar, todos me decían que estaba loco por dejar el trabajo ideal que nos describieron durante 5 años de universidad. Me di cuenta que ese ideal de vida, nunca fue para mi y todos me lo reprocharon, claro, el primero en hacerlo fue mi padre, ¿Cómo luchas por un sueño cuando se supone que la primer persona en apoyarte son tus padres?, eso será para otro post.
ES HASTA QUE EMPIEZAS A VIVIR LA VIDA QUE UNO ENCUENTRA CUÁLES SON LAS COSAS QUE NOS APASIONAN.
Si eres infeliz o sueñas con una vida que nada tiene que ver con la que tienes ahorita, definitivamente tienes que hacer cambios importantes en tu vida. Sentarte en tu casa a ver Netflix los fines de semana y olvidar, momentáneamente, lo que no te gusta con la peda del fin de semana, no va cambiar nada (Yo hacía eso cada fin de semana y no, no cambió nada). No vas a perder peso si no haces ejercicio y comes sano. No vas a conocer gente nueva si te quedas solo en casa. No vas a encontrar novia o novio si nunca tienes citas. Nunca vas a saber si puedes hacer más si no te presionas a ti mismo. Eso precisamente hacían de nosotros en la universidad, presionarnos, presionarnos y presionarnos hasta “sacar la casta”, cuando te gradúas ya a nadie le importa, tú solito tienes que presionarte.
La vida es eso que sucede afuera de tu casa y es algo en lo que tienes que participar.
El día que renuncié fue el día que me acerqué un poquito más a la vida que tengo como ideal, obvio aún no estoy ni a mitad del camino de esa meta, pero cada paso que doy me acerca más porque encontré mi camino. Cuando empecé este blog, di otro paso hacia adelante a esa meta, cuando empecé mi negocio de consultoría, di otro.
Cada día que pasa doy un paso más cerca hacia mi ideal de vida. Desde leer diez minutos más, aprender a cocinar, aprender nuevas palabras en otro idioma, comer más sano, tomar un curso para mejorar algo de mi vida, recibir feedback de mis amigos y mejorar como persona o comprar ese vuelo barato que encontré en internet, cada día trato de dar un paso, por pequeño que sea, hacia “mi ideal de vida”.
A estas alturas de la vida ya todos sabemos qué nos apasiona o, al menos, qué nos gusta. Muchos pueden decir “¡De tu pasión no se puede vivir!”, pero al menos que tu pasión sea ilegal, claro que se puede vivir de ella. ¿Ejemplos? en el mundo hay varios, por mencionar algunos: Bill Gates apasionado de la computación (empezó su primera computadora en al garage de su casa), el fundador de Uber queriendo viajar en taxi Mercedes Benz sin tener uno, o el fundador de Bimbo que amaba hacer y comer pan, por mencionar algunos…
MI VIDA NO VA CAMBIAR HASTA QUE YO LA HAGA CAMBIAR…
AL IGUAL QUE LA TUYA…
y si te tropiezas con lo que amas, síguelo incanzablemente…. porque no hay nada peor que un sueño desperdiciado…
¡FELIZ VIAJE!
El próximo 17 de diciembre daré un workshop viajero y emprendimiento en CDMX, si te interesa, da click por acá.
Wow, que bella tú historia, pocos viajeros Mexicanos y buenos narradores a la vez. A mi me fascina viajar, también es mi pasión, en la medida y posibilidades he viajado, para muchos poco para otros mucho.
Felicidades, porque eres una inspiración para muchos de salir de la zona de confort y animarnos a conseguir lo que nos apasiona, soy seguidora de tus viajes, lograre cada año más y más lugares por conocer.
¡Gracias Eva!
También sería lindo que me compartieras tu historia y que lindo que puedes viajar cada que puedes.
¡Saludos!
Oye gracias por sacarme un corto tiempo de mi rutina. Al igual que tú, muchos estamos en los mismos zapatos, estamos implícitos dentro de la memoria colectiva ( trabajar, comer, dormir, consumir, comprar emociones…). Sabes estoy en ese paso en que mi trabajo ya no crezco, ya no me apasiona. En estos momentos empece con un proyecto para comercializar flores en el super mercados. Poco a poco empezare a abrir nuevos caminos. Como dice un fragmento de la canción “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
Cuando por la mente y el cuerpo pasan estos tipos de cambio se dice: que estamos despertando la conciencia. La conciencia hacia el servicio a la humanidad, a dejar una pequeña o grande huella dentro de este plano terrenal. El trabajo y el servicio a los demás es lo que apacigua mi alma y enardece mi ser, cada quién encuentra su camino. Me da mucho gusto que tú hayas encontrado el tuyo. Te deseo mucho éxito, recibe un abrazo fraterno.
Me alegro haberte leído, la verdad estoy pasando por una etapa en la que no quiero dedicarme a algo que no me gusta (en algo que estudié casi casi forzosamente y que no sé cómo llegué a concluir, titularme y próximamente sacar mi cédula, ¿tal vez por complacerá a mis padres?) y no sé cómo empezar para vivir de mi pasión… bueno es más la pregunta que me hago es ¿cuál es mi pasión? Tengo nociones de lo que me gusta pero siento que el miedo me hace dudar si realmente me dedicaría a ello o es simplemente capricho o fantasía de alguien que no encaja como bien lo dices “en lo aceptable socialmente”. En fin, tengo que armarme de valor y tomar cambios radicales a mi vida.